La publicidad exterior genera al año 4,500 millones de pesos, pero a cada inmueble solo le destinan 5,800 pesos. Y con riesgo de derrumbe.
En la Unión Europea, prácticamente no hay anuncios espectaculares en los centros históricos de las ciudades, ya que solo están permitidas en parabuses o en tiendas específicas.
En ciudades como Roma, por ser centro cultural mundial con inmuebles históricos con más de 2000 años, tampoco se permiten. En Estados Unidos, los espectaculares responden a cuestiones de tránsito y protección civil, con los llamados nodos, que en entidades como Florida o Texas, las carreteras prescinden de anuncios al menos en 10 millas, pero luego colocan 20 anuncios en ciertas áreas.
Pero en México, el tema es toda una pachanga de opacidad, abuso y negocio para unas cuantas firmas de publicidad en complicidad con las autoridades. Y sobre todo, en la CDMX.
No solo eso: La publicidad, además de ser un tema de salud pública inatendido, es un potencial para el derrumbe para inmuebles, y distracción para automovilistas que generan también accidentes.
Publicidad exterior: daño a 100 inmuebles
“Oficialmente, en la CDMX, hay alrededor de 3,600 espectaculares, pero extraoficialmente, podrían ser 7,200. De los 3,600 oficiales, 1,200 están en azoteas y esos siempre han estado prohibidos, al menos, desde el 2010”, destaca en plática Jorge Carlos Negrete Vázquez, presidente de la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU).
Desde 2006, cuando se revisó la normatividad sobre el tema, el Gobierno de la CDMX catalogó a los espectaculares como un riesgo para la protección civil en cuanto a sismos, “ya que cuando el edificio está vibrando, al contar con una carga adicional, resulta peligroso. En el sismo del 2017 se cayeron tres inmuebles que tenían anuncios en las azoteas. Sin embargo, no se ha hecho público el dictamen pericial que diga si fueron determinantes estas estructuras en sus azoteas. Pero además, tuvieron daños graves otros diez y al menos, otros 100 inmuebles presentaron daños menores”.
Riesgos para protección civil
Negrete agregó que, como todos los años, hay fuertes tormentas con vientos en la capital, que en promedio, tiran entre 18 y 20 estructuras en cada temporada. “El peor año fue hace cinco años, cuando se cayeron 200”.
El especialista agregó que otro gran tema es el referente a los llamados anuncios envolventes en edificios, los cuales, agregan un elemento de peligrosidad en caso de presentarse un siniestro en algún inmueble.
“En el momento en que estás tapando una ventana, ya se considera como un anuncio envolvente. Pero cuando tienes una problemática de siniestro y los equipos de emergencia tienen que acceder a cierto edificio, se tiene el obstáculo de contar con una capa extra que tienen que pasar, lo que representa un problema y riesgo por el tiempo que tienen que tomar en retirarla”, argumentó.
Espectaculares, accidentes y omisiones
Según datos del departamento de Calidad del Aire de la Ciudad de México (sic), en la capital circulan diariamente 5.8 millones de automóviles, que en una gran mayoría, están expuestos a cientos de anuncios, propaganda política o producto y servicios, pero éstos, según la normatividad, tendrían que contar con distancias, entre uno y otro, de por lo menos 250 metros. Pero no se hace.
Sin embargo, de aplicarse esta normatividad, dijo, la CDMX quedaría prácticamente sin anuncios: “Cuando quisieron hacer el reordenamiento en el corredor de Patriotismo, de los 132 anuncios que había en esa zona, solo quedaron 35. Al hacerlo, se dieron cuenta que tenían que quitar prácticamente 85% de los anuncios de la capital y ya no hicieron absolutamente nada, pero ese era el primer paso en la dirección correcta”, destacó.
Cuestionado sobre una correlación entre accidentes automovilísticos en vías primarias por distracción, dijo que no se cuentan con cifras confiables, pero sí reconoció que “las pantallas electrónicas tienen una luminosidad que no está siendo regulada en términos de ley, pero que generan un problema”.
Lo anterior, debido a que “alrededor del 20 al 25% de los accidentes nocturnos serían derivados de choques de luz, porque te están deslumbrando (los espectaculares); en Estados Unidos y Europa no puedes utilizar el color blanco en las pantallas electrónicas porque deslumbra a los automovilistas”.
Otro problema de salud pública, dijo, es cuando se coloca una pantalla electrónica en una zona habitacional, ya que los vecinos tienen que modificar su entorno porque no pueden dormir y viven debajo de un halo luminoso las 24 horas.
“Algunos tienen que cambiar las ventanas porque así sería imposible dormir. Es un problema de salud pública”.
Caídas y ganancias
Según el presidente de la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU), en la Ciudad de México no se han presentado fallecimientos por caída de espectaculares, pero sí en Veracruz, donde falleció una persona que le cayó un anuncio de varias toneladas debido a los vientos.
Cuestionado sobre el usufructo de los espectaculares y la ganancia generada por cada uno de ellos para los inmuebles, dijo que prácticamente 90% de las ganancias son para las grandes empresas, mientras que cerca de 10% se destinan a los inmuebles.
“Esta publicidad exterior generada a través de los tapiales, espectaculares, vallas, paradas para buses en terrenos baldíos, que hasta antes de la pandemia en la CDMX, generaba 4,500 millones de pesos al año, pero la derrama (para los inmuebles) es rídicula; hemos visto que en los contratos les pagan 70 mil pesos anuales (unos 5,800 pesos al mes por inmueble) pero un espectacular en el periférico cobran hasta 100,000 pesos mensuales”.
Legislación pendiente
Negrete dijo que apenas en junio de 2022 se publicó la nueva ley sobre publicidad exterior, y se supondría que estarían trabajando en el reglamento. “Sería ideal que supiéramos quienes en la comisión están trabajando; tienen 180 días a partir de julio”.
Esta es la segunda ley que tiene la Ciudad de México, “y la capital es uno de los tres estados de la república junto con Chiapas y Yucatán, que tiene una ley específica para publicidad exterior. Pero no se avanza en ella”, finalizó.