El 8 de abril de 1950, en una columna para el diario El Heraldo, Gabriel García Márquez ya pedía el Premio Nobel de Literatura para el norteamericano.
Gabriel García Márquez consideró al escritor norteamericano William Faulkner como uno de los mejores novelistas del siglo XX.
Además, el Premio Nobel pensaba que marcó de forma contundente a la literatura de América Latina.
“Yo creo que la deuda mayor que tenemos los nuevos novelistas latinoamericanos es con Faulkner”, afirmó en 1967, durante la célebre conversación con Mario Vargas Llosa en la Universidad Nacional de Ingeniería en Lima.
Según García Márquez, la técnica de Faulkner empleada en El ruido y la furia (1929), Mientras agonizo (1930), Luz de agosto (1932) y ¡Absalón, Absalón! (1936), era la adecuada para describir la realidad latinoamericana.
Geografía común entre Gabriel García Márquez y Faulkner
En la visión del colombiano, desde que lo leyó a finales de 1940, Faulkner era un escritor del Caribe y desde ahí, lo consideró como uno de los maestros en el arte de la narración.
El 8 de abril de 1950, en una columna para el diario El Heraldo, ya pedía el Premio Nobel de Literatura para el norteamericano.
“En los Estados Unidos hay un tal señor llamado William Faulkner, que es algo así como lo más extraordinario del mundo moderno”, escribió.
La influencia de Faulkner es evidente en las primeras novelas.
En La hojarasca, por ejemplo, García Márquez utiliza el monólogo interior que Faulkner desarrolla con maestría en “Mientras agonizo”.
Esta afinidad entre los literatos fue provocada por una geografía común: la de los pueblos olvidados y polvorientos habitados por familias decadentes que cargan con el peso de una guerra civil.
García Márquez hacía paralelismos en los poblados del Sur de Estados Unidos, que se parecían a los municipios de la zona bananera en el Caribe colombiano, con sus campamentos construidos por la United Fruit Company.
En el último párrafo del discurso con el que García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982, lo dedica a Faulkner y su idea de que la humanidad todavía no ha llegado a su fin.
Ante ello, el Centro Gabo (https://centrogabo.org/) seleccionó algunas reflexiones del escritor colombiano sobre Faulkner: