La Freedom From Religion Foundation, que cuenta con más de 40 mil miembros, se congratuló con la reprimenda.
Una de las organizaciones ateas más fuertes en Estados Unidos, la Freedom From Religion Foundation, que cuenta con más de 40 mil miembros, logró una acusación formal contra una maestro que, durante la primera semana de clases en un colegio, fue acusado de violar la Constitución de los Estados Unidos.
La fundación aseveró que se logró “convencer con éxito al distrito escolar del condado de Jackson para que reprendiera a un maestro y que actualizara (suspendiera o coaccionara) al personal”con un entrenamiento.
Oración a escondidas
Lo anterior, posterior a que un maestro de secundaria colocó ‘tarjetas de oración’ debajo de los escritorios de los estudiantes”. El distrito escolar del condado de Jackson está ubicado en la costa del golfo de Mississippi.
“Solicitamos que el Distrito investigue este asunto y garantice que sus maestros se abstengan de utilizar sus puestos para hacer proselitismo y promover la oración en el futuro”, afirmó el organismo, según lo informó en su propia página (https://ffrf.org/news/news-releases/item/42880-ffrf-gets-prayer-cards-removed-from-mississippi-middle-school).
Según reporta The Christian Post, el maestro afirmó en sus redes sociales que “estará ahí cada vez que se sientan deprimidos, ansiosos o simplemente necesiten saber cuánto son valorados y amados…” lo que detonó la airada queja: “ella está pidiendo oración” a través tarjetas debajo de cada uno de los [escritorios de los estudiantes]”.
Se congratulan
Ante la acusación, el superintendente David Baggett ordenó al superintendente adjunto, Monty Noblitt, que investigara el incidente.
Posterior a la denuncia, la East Central Middle School Pickett explicó que “el maestro en cuestión fue reprendido oficialmente el 13 de septiembre de 2023 por el director de East Central Middle School”.
La copresidenta de Freedom From Religion Foundation, Annie Laurie Gaylor, avivó más el incidente: “Esta maestra merece una ‘F’ (nota reprobatoria en Estados Unidos) por presentar tarjetas de oración a sus jóvenes estudiantes, a los que calificó como “vulnerables durante en su primera semana de clases. Nuestras escuelas públicas existen para educar, no para adoctrinar a los niños en la fe religiosa de sus maestros”.