Los hermanos en la fe pidieron de las oraciones para que el Señor libre a la iglesia de la persecución.

Habitantes y autoridades de poblado en Oaxaca amenazan y encarcelan a evangélicos

Hombres encarcelados sin justificación, niños sin escuela y mujeres de 80 años con amenazas de expulsión, han sido denunciados.

Con el encarcelan de varios habitantes que profesan la fe evangélica y por no ser católicos, en la localidad de San Isidro Arenal Lalana Oaxaca, se les ha amenazado con expulsarlos de sus casas y tierras.

Según lo dio a conocer por redes sociales, cuatro integrantes de la iglesia ICIAR fueron privados de su libertad por las autoridades comunales de San Isidro Arenal, municipio de San Juan Lalana, Oaxaca, por profesar una religión diferente a la católica.

Los afectados fueron Lorenzo Antonio Hernández, Jesús Antonio Hernández, Eustaquio Antonio Pérez y Raúl Enrique Martínez. Además de decenas de pobladores, entre los que se encuentran niños, mujeres y personas de la tercera edad, entre ellos, una mujer de más de 80 años a la cual también amenazaron con expulsarla.

Autoridad amenazante

Según uno de los testimonios, apuntan a que un líder de ese poblado, con el nombre de Alfredo Enríquez Hernández, dijo que según una asamblea que habría realizado ese pueblo, “tienen ocho días para salirse de su casa”.

O de lo contrario, agregaron, van a venir los del pueblo, y nos van a desalojar de la casa. Nos quitan el terreno y lo poquito que tenemos y no nos dan permiso de vender la casita (…) por el simple hecho de ser cristianos”, dijo uno de los afectados.

Los cristianos señalaron que como ciudadanos, han cumplido con las aportaciones comunitarias para la mejora de los servicios.

También señalaron que el acoso religioso afecta a los niños, a los cuales les han impedido la entrada a la escuela, debido a que su único delito, según los pobladores “es creer en Jesucristo” y además, según las costumbres, “deberán ser tratados como delincuentes”.

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San Juan Lalana. Los evangélicos no pueden caminar en paz en las tierra de Benito Juárez.

Ley, ante todo

Según el artículo 24 de la Constitución Política de Oaxaca, “toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, sin que pueda ser objeto de ninguna forma de discriminación”.

Por su parte, el Código Penal de la entidad sanciona la discriminación por motivos religiosos y los actos que atenten contra la libertad de culto, el cual sería aplicable a Alfredo Enríquez Hernández.

En la localidad de San Isidro Arenal, perteneciente al municipio de San Juan Lalana, Oaxaca, las autoridades locales han impuesto usos y costumbres que obligan a los habitantes a seguir las creencias católicas, sin respetar la libertad de culto de las minorías religiosas.

Sin acompañamiento

En su momento, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó al presidente municipal de San Juan Lalana, Lauro Pérez Sánchez, a que adopte medidas cautelares para garantizar la seguridad, la integridad y los derechos de las personas afectadas.

Los cristianos evangélicos han pedido la intervención de Salomón Jara Cruz, gobernador de la entidad, y de Andrés Manuel López Obrador para que se respete su libertad de culto.

Este reportero se trató de comunicar a todos los teléfonos de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, sin ninguna respuesta:

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Los hermanos en la fe pidieron de las oraciones para que el Señor libre a la iglesia de la persecución.

El dato relevante

Más de 340 millones de cristianos fueron “fuertemente perseguidos” al menos hasta 2020, según un informe de la ONG Puertas Abiertas

“Las minorías cristianas perseguidas han tenido que hacer frente a una violencia sin precedentes y a una mayor discriminación”. El covid-19 ha amplificado las tendencias que vemos emerger desde hace varios años”, escribió la ONG protestante al presentar su lista anual de 50 países.

Los cristianos ortodoxos, protestantes, bautistas, evangélicos y pentecostales, -han sido “fuertemente perseguidos”, contra la cifra de 260 millones en 2019, según la ONG, que registra los ataques, desde la “opresión diaria discreta” a la “violencia más extrema”.