El refugiado norcoreano en Estados Unidos, Illyong Ju, dijo que China «simpatiza con las acciones asesinas del régimen» de Corea del Norte.

Norcorea: Dictadura comunista encarcela y asesina a quienes contacten a cristianos


Hablar con un cristiano es un delito grave en Corea del Norte, país sometido por el jefe comunista Kim Jong-un.

En Corea del Norte, las penas van desde la cadena perpetua hasta la tortura.

Según lo dio a conocer el diario El Debate (https://www.eldebate.com/religion/catolicos/20241204/cadena-perpetua-tortura-norcoreanos-hablen-cristiano_249426.html), de los 600 norcoreanos deportados por China tras intentar escapar, muchos estuvieron con algún creyente, fueron enviados a campos de concentración donde han de cumplir cadena perpetua.

Corea del Norte, además de ser la nación más aislada del mundo, está en el top 10 de países con mayor persecución a la libertad religiosa.

En esa dictadura no hay respeto a los derechos humanos, y además, se documenta repetidamente cómo los grupos religiosos sufren el acoso del régimen comunista.

Represión continua

El llamado songbun, el sistema de méritos sociales del país, coloca automáticamente a los creyentes como «hostiles» y les somete a represión.

Aunque los cristianos representan 0,38 % de una población de más de 25 millones, según el informe de Libertad Religiosa 2023 de Ayuda a la Iglesia Necesitada, son acusados de “desleales” y viven su fe clandestinamente.

Las iglesias fueron reconcebidas como salas de ejercicio o centros de investigación de Kim II-sung, donde se obliga a estudiar a los líderes comunistas.

Para huir de Corea del Norte, los ciudadanos escapar por China. Tras pasar el estricto control policial, los refugiados acceden a un tercer país y piden asilo en la embajada de Corea del Sur.

Uno de estos puntos de tránsito suele ser a menudo Filipinas. No obstante, los detenidos son regresados a Corea del Norte.

Morir por creer

Según Human Rights Watch, en abril de 2024, Pekín deportó a 600 norcoreanos; los que habían contactado a cristianos en el extranjero, fueron enviados a campos de prisioneros políticos, con duros tratos que reciben los reos y donde sufren cadena perpetua.

El refugiado norcoreano en Estados Unidos, Illyong Ju, dijo que China «simpatiza con las acciones asesinas del régimen» de Corea del Norte.

Ju ayudar a sus conciudadanos en su libertad religiosa, y sabe que los repatriados serán «interrogados para informar sobre las 1.000 personas que aún no han sido deportadas a Corea del Norte».

«Unos serán torturados y algunos serán ejecutados», y acusó a Corea del Norte de “genocidio contra su propio pueblo; China lo apoya tácitamente».