El 19S en México es una herida y un recordatorio de la corrupción institucional y la poca preparación que hay en México para enfrentar un desastre.
¿Temblará ese día otra vez? La población en la Ciudad de México se hace esa pregunta, mientras que cientos de miles se espantaron con la alerta sísmica que sonó en más de 80 millones de celulares.
Regresando a 1985, un terremoto trepidatorio de 8,1 grados de magnitud y una réplica mortal al día siguiente en la noche, dejaron a la capital mexicana devastada.
Los datos oficiales arrojaron 5,000 muertos, pero la cifra real la ubican en más varias decenas de miles, según estimaciones de varios especialistas.
Tan solo las propias cifras oficiales contabilizaron más de 30 mil estructuras dañadas, de las cuales 3 mil colapsaron por completo entre viviendas, hospitales, escuelas y oficinas. ¿Fueron solo 5 mil fallecidos?
Esta cifra ha sido cuestionada más de 40 años. Tan solo la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) contabilizó 26 mil muertos, mientras que extraoficialmente se habla de más de 50 mil decesos.
Caída del Hotel Regis
Una de las imágenes que hizo historia fue el letrero del lujoso Hotel Regis coronando el montón de escombros en el que había quedado convertido el edificio de principios del siglo XX, centro de la vida política, artística y social de la capital. Hoy abundan los puestos de comerciantes en la que fue llamada “Plaza de la solidaridad”, en honor a los miles que salieron a ayudar.
Nueva cultura
El terremoto fue un parteaguas para la ciudad. Inició una cultura de protección civil, sistemas de alerta, nuevas normas de construcción y, desde 2004, la realización de simulacros anuales, como el de este viernes.
El grito de las costureras
En 1985, primero fueron los gritos de las costureras que resonaban entre lo que quedaba de una fábrica textil derrumbada en el centro, dijo Gloria Juandiego, de 65 años. Luego la desesperación porque los militares no hacían caso al reclamo de que había gente viva adentro.
“Los patrones sacaban la maquinaria, la materia prima, sus cajas fuertes, priorizaban eso”, dijo la mujer. A algunas heridas les impidieron agarrar ropa para hacerse torniquetes.
Luego fue el olor y ver cómo “los cuerpos eran aventados en los camiones” mientras cada vez más mujeres hacían rondines entre los bloques destrozados y se plantaban ante las autoridades exigiendo el rescate de sus compañeras. Cientos de las costureras que trabajaban hacinadas más de 12 horas al día, a veces sin descanso, murieron.
“Nuestra sumisión quedó bajo los escombros”, rezaba una pancarta de la época. Fue el inicio del “Sindicato 19 de septiembre” de lucha por un trabajo digno.
En 2017, otro sismo aplastó a trabajadores textiles que operaban en condiciones similares a las de 32 años antes. Las mismas malas construcciones derrumbadas por el peso de las máquinas, lamentó Juandiego.
Nacimiento y muerte de la democracia
El nacimiento de la UVyD (Unión de Vecinos y Damnificados) se dio en el contexto del terremoto de 1985 en la Ciudad de México, un evento que evidenció las deficiencias del gobierno y catalizó la organización vecinal.
Ese movimiento catapultó el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas a la presidencia, pero que en una elección de Estado, se la dieron a Carlos Salinas de Gortari.
El movimiento, que fue el detonante de la democratización de la CDMX y en todo el país, fue el germen para que la izquierda llegara al poder en el año 1997 con Cárdenas ganando el Gobierno de la Ciudad de México.
Sin embargo, la izquierda se corrompió y tuvo una venezuelización.
Con información de AP, La Crónica y agencias.