Periodismo

¿Cómo hacer periodismo ante gobiernos autoritarios?  

Los temas que más oculta la 4T son d infraestructura, aeropuertos, puentes, caminos o y temas de corrupción, que deben ser públicos. 

Por César López Linares (extracto).

Según los datos oficiales dados a conocer por la dictadura del Nicolás Maduro, en Venezuela, increíblemente, solo se registraron 5,823 muertos frente a los más los 28 más millones de habitantes que tiene el país. 

Por su parte, Australia, con 2.5 millones de habitantes menos que el país sudamericano, registró 15,808 muertos, tres veces más que Venezuela, según el ministerio de salud de ese país 

Pero los reporteros registraron que hubo hospitales y cementerios saturados, muertes de personal médico y largas filas para comprar oxígeno y cremar cadáveres. 

“Cuando el presidente o el vicepresidente (de Venezuela) leía el reporte del día, hablaba de un muerto (…) y al día siguiente también (…). Nuestros muertos no estaban en esa cuenta, no existían”, destacó el periodista venezolano Luis Carlos Díaz, durante el Festival LATAM de Medios Digitales y Periodismo, que se llevó a cabo en la Ciudad de México. 

Durante el panel “Contar historias en países sin datos y con hostilidad del gobierno” organizado por Factual y Distintas Latitudes, también participaron los periodistas José Raúl Gallego, de Cuba; Pia Flores, de Guatemala; y Laura Sánchez Ley, de México.  

Autoritarismo y ocultamiento

El ocultamiento, falseamiento y alteración de datos por parte de gobiernos hostiles tiene un impacto en la ciudadanía y cuesta vidas.  

Díaz agregó que Venezuela, desde 2014, ya no comparte datos macroeconómicos con los organismos internacionales desde 2014, y para agravar el asunto, no tuvo acceso a vacunas contra el COVID-19 a países pobres, pero ya cuenta con una gran población de ingreso medio alto. En México, se les llamaría “fifís”. 

“Las mentiras del Estado generan una factura gigante porque no tenemos plata para las vacunas, o sí hay, pero se la roban (pero) somos un país rico, según cifras internacionales (…) La consecuencia de eso [la falta de datos] no es que yo no pueda hacer mi trabajo, es que la gente se muere. Es que es una sociedad más torpe, una sociedad más incapaz de tomar decisiones y de interpelar al poder”. 

En Cuba, durante la crisis por coronavirus y la opacidad, la dictadura de Miguel Díaz Canel reportó solo 8,530 fallecidos por COVID-19. En contraste, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) informó que las muertes en 2021 registraron más de 55 mil casos. 

Periodismo, al pie del cañón

“Mientras esto estaba pasando, la sociedad civil y el periodismo estaba denunciando que se estaban agrandando los cementerios, que había reportes de comunidades donde había 30 muertos en un día, sin embargo, Cuba estaba reportando uno o dos muertos diarios”, dijo José Raúl Gallego. 

El periodista explicó que todos los organismos públicos en Cuba están controlados por el Estado, sin instituciones que hagan contrapeso y generen datos con los cuales se pueda cuestionar a las autoridades.  

En los hospitales, hay representantes de Seguridad del Estado que tienen la potestad de controlar los documentos y la información, incluyendo actas de defunción. “Todos los datos (…) están viciados”.  

A ello, se suma que el periodismo independiente no está reconocido en Cuba, ya que los medios solo pueden ser propiedad del Estado. 

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Eternizar medios afines a la 4T, el objetivo de Obrador.

Prensa libre, peligro para dictaduras

Gallego agregó que cuando un periodista no trabaja para medios estatales, puede ser acusado del “delito de usurpación de funciones”. Por ello, agregó, hay decenas de periodistas independientes que actualmente enfrentan la censura, el acoso sistemático e incluso la cárcel. 

“Cuando pasas a los medios independientes (…) te conviertes en un enemigo público (…) y vas a enfrentar el reto de tratar de hacer periodismo”. 

México, simulación

México, por ejemplo, vive una simulación de transparencia y acceso a la información, cuando en realidad las autoridades de la llamada 4T, recurren a todo tipo de artimañas para evitar entregar datos a los periodistas.  

Así lo considera Laura Sánchez Ley, cofundadora de Archivero, organización que solicita registros públicos para desclasificarlos y revelar información que el gobierno ha mantenido en secreto. 

Sánchez Ley afirmó que el Gobierno Federal, “los datos solicitados comprometen la seguridad nacional o no son de interés público. A lo largo de este sexenio ha ido utilizándose la justificación de la seguridad nacional, esta cláusula de cinco años -que puede extenderse hasta 15 años- [de poner información] bajo secreto de Estado de los temas más importantes que se manejan en el país”. 

Sánchez agregó que los temas que más oculta el Gobierno de Obrador son los referentes a infraestructuras gubernamentales, aeropuertos, puentes, caminos o corrupción “que deberían ser públicos”. 

La periodista compartió que en ocasiones las autoridades les imponen costos exorbitantes por procesar la información que se solicita, lo cual resulta imposible de pagar para la mayoría de los medios independientes. “Es donde les hablo de la falsa transparencia de la documentación en México”. 

Díaz mencionó por su parte, que la tarea es hacer que los ciudadanos presten atención a las acciones de gobiernos hostiles y poco transparentes, lo que es crucial para que la presión social aumente y las investigaciones periodísticas puedan tener un impacto más contundente. 

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Democracia en la región, también será afectada.

Nuevas formas de hacer periodismo

Una forma de atraer la atención del público es presentar la información de formas atractivas. Por ejemplo, en casos de corrupción, se puede intentar estructurar escándalos de modo que la información sea relevante para la gente

“No estoy diciendo seamos amarillistas, sino que tiene que ser escandaloso que alguien se robe dinero y eso hay que estructurarlo y hay que planificarlo. No solamente pensemos en si es una crónica, un reportaje, un perfil, o si está en la web, si es un podcast. Pensemos si la estructura tiene un plot, si hay un afectado directo, si hay voces. Hay que pensar que esto le importe a la gente y eso toma más tiempo de producción, pero el resultado puede ser mucho mejor”. 

En América Latina existen incontables casos de corrupción, investigaciones irregulares, montajes y resoluciones exprés, “pero es crucial que los periodistas no desistan de sus procesos de acceso a información pública, por muy engorroso, complicado y caro que esto resulte”. 

Gallego, por su parte, recomendó conocer los distintos tipos de audiencia que consumen los productos de periodismo de datos y, de ser posible, generar material que se pueda presentar en varias plataformas y en diferentes formatos. 

“No todo el mundo va a leer una investigación de 8 mil palabras, pero puedes con esa investigación de 8 mil palabras construir un hilo en Twitter, quizás con 10 tweets. A lo mejor las personas no se leen las investigaciones completas, pero se leen el hilo y se les queda la información”, aconsejó el periodista. “ 

A veces incluso puede ser que el hilo tenga más compartidos que los números de lectura que tenga el trabajo”, finalizó.  

Con información de Latam Journalist Review