Rolling Stone afirmó que se finiquita “una de las luchas de derechos de autor más infames en la historia de la música”.
En octubre de 2020, John Fogerty, el ex líder de Creedence Clearwater Revival, emitió contra Donald Trump una orden de cese y desistimiento del uso de la canción “Hijo Afortunado” que solía usar en sus mítines de campaña.
La canción, originalmente escrita en 1969, se conoció durante el apogeo de la guerra de Vietnam y contiene una visión mordaz de los reclutamientos militares y las posiciones cómodas que se ofrecieron a individuos bien conectados, cuando millones de estadounidenses estaban siendo reclutados.
Fogerty mencionó que la canción “habla más de la injusticia de clase que de la guerra misma. Es el viejo dicho de que los hombres ricos hacen la guerra y los hombres pobres tienen que luchar contra ellos”.
Pero irónicamente, Fogerty no era el dueño de sus canciones.
Recuperar la memoria
Pasaron más de 50 años para que finalmente Fogerty, creador de la mayoría de las piezas musicales que encumbraron al grupo estadounidense Creedence Clearwater Revival alrededor del mundo, desde los años 60 hasta la actualidad, lograra alcanzar un acuerdo legal con la firma Concord Music Group para recuperar los derechos de publicación de las canciones de la agrupación.
El propio Fogerty hizo el anuncio el pasado 13 de enero en sus redes sociales donde, jubiloso expresó “¡Este es un gran día, uno de los mejores en toda mi vida!”.
Al respecto, el portal Rolling Stone publicó que con esto se finiquita “una de las luchas de derechos de autor más infames y trágicas en la historia de la industria de la música”.
Clásicos revendidos
Entre las canciones están las legendarias “Proud Mary,” “Have You Ever Seen the Rain,” “Bad Moon Rising,” “Down on the Corner” y “Fortunate Son”, entre otras, que a más de cinco décadas de haber sido creadas, aún se comercializan en plataformas de streamin, y que también son utilizadas para acompañar escenas en series y películas.
En su momento, los Creedence fueron víctimas de contratos que les resultaron adversos a sus intereses.
Tal como ocurrió con solistas cantantes de blues de la vieja escuela y otras bandas como Beatles y Rolling Stones. Incluso, estrellas como Michael Jackson en su momento le declaró la guerra a la multinacional Sony, a la cual llegó a tachar de “maligna y diabólica”; por su parte, los británicos optaron como solución crear sus propios sellos discográficos para capitalizar sus creaciones.
Concierto legendario y acuerdo
Luego de haber alcanzado el éxito con la venta masiva de sus discos y tras haber realizado múltiples giras por la Unión Americana y varios países de Europa (actualmente hay una película en Netflix sobre una presentación de los Creedence en el Royal Albert Hall en Londres), hubo un momento en el que John y su extinto hermano Tom, junto con el baterista Stu Cook y el bajista Doug Clifford, se preguntaron ¿Cómo es posible que hayamos hecho tanto y prácticamente no tenemos dinero?
Fue entonces que los integrantes de la banda se dieron cuenta de que la desesperación por grabar los había llevado a firmar un contrato abusivo con la discográfica Fantasy, propiedad de Saul Zaents, quien prácticamente se adueñó de todo lo relacionado con Creedence Clearwater Revival, cuyos integrantes, a pesar de la enorme cantidad de discos que vendían, recibían una cantidad mínima de regalías.
En cierto modo, la disputa de los Creedence con la discográfica Fantasy orilló a los integrantes a la disolución de la banda en octubre de 1972 y a Fogerty, movido por la frustración, a negarse a realizar presentaciones ¡para evitar interpretar sus propias canciones! Determinación que lo mantuvo alejado del negocio musical durante varios años.
De talento a talento
Fue hasta 1987 cuando Bob Dylan y George Harrison durante una reunión de varios artistas, efectuada en el Palomino Club de Hollywood, convencieron a John Fogerty para que interpretara algunos de sus éxitos.
El histórico momento quedo grabado (en muy mala calidad) y se puede apreciar en YouTube cuando, sin ensayo de por medio, Fogerty sube el escenario e interpreta “Proud Mary”, entre otras.
Sin duda un momento mágico e inolvidable para los espectadores que pudieron presenciar la actuación de estas personalidades.
En una entrevista posterior, Fogerty mencionó que las palabras que le dirigió Dylan habían sido muy provocativas.
“Entre lo que me dijo fue que si no lo hacía, el mundo recordaría Proud Mary como la canción de Tina Tuner. Sigue siendo un misterio para un gran número de personas por qué no estuve en el mundo de la música tocando durante 15 o 20 años o lo que sea, afortunadamente miro atrás y pienso que soy un hombre de convicciones. Estoy contento de haber regresado”. Y lo hizo siguiendo su carrera en solitario.
Intentos fallidos
Las múltiples demandas que Fogerty interpuso contra Fantasy Records para tratar de revertir el abusivo contrato no resultaron a su favor, y esta compleja situación logró atenuarse cuando el empresario Bob Valentine, propietario de Concord adquirió Fantasy en 2004.
Sobre la recuperación de los derechos de las creaciones de Creedence, John Fogerty abundó en un comunicado, “A partir de enero, vuelvo a ser dueño de mis propias canciones. Esto es algo que pensé que nunca sería una posibilidad. Después de 50 años, por fin me reencuentro con mis canciones. Hasta este año, es algo que nunca había podido hacer”.
Mientras que artistas como Bruce Springsteen, Bob Dylan y Neil Young o los herederos de David Bowie venden los derechos de reproducción de su música por grandes cantidades de dinero, John Fogerty celebra el haber recuperado el control de su material casi 50 años después de haberlas creado.
Nota de enero de 2023.